Desde la Comisión Fílmica de Medellín celebramos las nuevas creaciones audiovisuales que se desarrollan en nuestra ciudad. A pesar de la coyuntura atravesada en este 2020, el trabajo creativo y las búsquedas narrativas no se han detenido y, por el contrario, han encontrado en las transformaciones vividas en este año atípico una fuente de inspiración y reflexión. 

Buscando generar un mecanismo de apoyo para los realizadores audiovisuales y los creadores emergentes, en alianza con la Cinemateca Municipal lanzamos, entre el 2 y el 16 de julio, la Convocatoria Especial de Incentivos ‘Medellín de Película’. Recibimos 292 propuestas que fueron estudiadas por 30 jurados de la ciudad, quienes seleccionaron, por sus méritos narrativos, artísticos y técnicos, 19 proyectos para ser beneficiados económicamente en las áreas de escritura de cortometrajes, desarrollo documental, posproducción y promoción. 

Queremos destacar cada proyecto beneficiado y a los responsables detrás de su concepción. Por esa razón, nos acercamos a esas historias con el propósito de explorar lo que hay más allá de un nombre y un título en una resolución de jurados. Esta es una oportunidad para examinar los diferentes procesos creativos que giran en torno a la narrativa, descubrir las miradas diversas que conviven en una ciudad compleja y desigual como la que habitamos, y conocer los y las artistas -muchos de ellos apenas iniciando sus carreras- que, desde sus distintas disciplinas, apuestan por el crecimiento de nuestro sector audiovisual para hacer de la ciudad una #MedellínDePelícula. 

Les presentamos a los beneficiarios de la modalidad Desarrollo Documental.

El tiempo de los abrazos / Daniela López
Alias Gloria / Diógenes Cuevas
Los despojos / Deimer Quintero

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EL TIEMPO DE LOS ABRAZOS

Luego de tratar de convencerme a mí misma durante 23 años de que se había tratado de una pesadilla, decidí aceptar un hecho traumático que viví cuando tenía cinco años. A través de la revisión de videos familiares, fotos, dibujos, canciones y tareas escolares, me pregunto por qué nunca le conté a mis padres y exploro el proceso para verbalizar lo que me ocurrió.

Daniela López:

¿Cómo nace la historia?

«En junio del año pasado dejé la casa de mi mamá para independizarme. Mientras estaba empacando las cosas que me iba a llevar, me encontré un casete con una lista de 15 canciones y al final, con lapicero azul mi papá había escrito “Pa’ Daniela”. Este era un regalo que él me había hecho cuando yo estaba bebé y que nunca lo había visto, ni siquiera recuerdo haberlo escuchado. En el lado B del casete decía “El tiempo de los abrazos” entonces comencé a recordar mi infancia y todo el amor que mis padres me dieron desde que tengo memoria a pesar de que no vivíamos juntos los tres.

Sin embargo, en medio de esos recuerdos bonitos, hay uno que nunca le conté a mis padres ni a nadie de mi familia. Fui víctima de abuso sexual por parte de un desconocido cuando tenía cinco años.

El confuso recuerdo de lo que ocurrió aún me causa dolor y es un hecho que aún me cuesta verbalizar, por lo que hacer este cortometraje significa hacerle frente a ese capítulo de mi vida que siempre traté de ignorar.

Me interesa poner en palabras, sonidos e imágenes no sólo lo que recuerdo sino lo que he sentido durante estos años que guardé silencio.

Por esto, cuando vi el casete que había grabado mi papá para mí, sentí que era el momento de hacer algo. Me pregunté por esa niña de cinco años que fui y que salió adelante sin contarle a nadie lo que ocurrió y decidí buscar entre las memorias personales de mi niñez si envié alguna señal o si dejé alguna pista. Sin embargo, descubrí que a pesar de haber vivido esto, tuve una infancia muy feliz gracias al amor que mis padres me dieron.

Siempre me dio miedo reconocerme como víctima de abuso sexual y todavía estoy en ese proceso. Me sentía ajena a la problemática hasta hoy, porque desconocía las diferentes formas de violencia sexual y porque minimizaba lo que me había ocurrido. A través de El tiempo de los abrazos, pongo sobre la mesa la importancia de informarse e informar a los niños y niñas sobre esto, porque como me ocurrió a mí, muchos niños y niñas guardan silencio porque no son conscientes de que fueron víctimas de abuso y porque hay conductas inadecuadas de los adultos hacia los menores que están normalizadas.

Es difícil hablar sobre el abuso sexual infantil, genera incomodidad. Nadie quiere escuchar o leer sobre los innumerables casos que se reportan al año, pero es algo de lo que debemos hablar. Es una urgencia mundial que seamos conscientes de que esta es una cadena de violencia que no va a terminar si la seguimos ignorando».

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ALIAS GLORIA

Gloria está a punto de ser condenada a casa por cárcel por evasión de impuestos. Aprovechando que el proceso penal se ha distendido por meses, ella huyó con la intención de no presentarse más ante la justicia colombiana. Ahora su hijo debe encontrarla y convencerla de regresar para enfrentar juntos su condena; todo esto antes de que un juez dicte sentencia sobre su caso y ella se convierta oficialmente en prófuga.

Diógenes Cuevas

Extracto

«La estética del documental ‘Alias Gloria’ me la imagino inmediata, para nada preciosista y muy íntima; con una narrativa que busque, espíe, confronte, e indague; donde los zooms, reencuadres, y enfoques en plano sean bienvenidos.

Algunas referencias que van por esta línea estética, y se ligan a la matriz del proyecto, son: “Tarnation” de Jonathan Caouette, “Stories we tell” de Sarah Polley,  y “El Pacto de Adriana” de Lissette Orozco. Creo que de estas tres películas, es “El pacto de Adriana” la que logra transmitirme una forma y estilo puntual sobre como abordar un acontecimiento en donde la distancia y los nuevos medios de comunicación se ven inmersos, además de la forma cruda, directa y potente de tratar una temática tan delicada».

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LOS DESPOJOS

¿Será que los recuerdos de la crueldad de la guerra nos llevan inevitablemente a la demencia?

Deimer Quintero

¿Cómo nace la historia?

«Los despojos es un documental que nace a partir de una historia personal de olvido y demencia que ha padecido mi familia durante varias generaciones, lo cual se une con unos sucesos universales en torno a la memoria del conflicto armado nacional.

El centro es abordar la fragilidad de la memoria, tanto individual como colectiva: una familia y un país que poco a poco van olvidando y trastocando todos sus recuerdos. 

Con este documental intento responder algunas preguntas acerca de la sociedad colombiana. Un país que lleva 50 años en guerra, 6 procesos de paz y más de 530 mil muertos, y aun así en este momento la sociedad y el Estado siguen enfrascados en negar la existencia de un conflicto y reiterar, en una especie de locura, que las balas son la solución, en donde cada tanto se repiten en los titulares de las noticias y en el inconsciente un relato que nos dice que ahora sí se va a lograr el fin de la guerra. 

Esta película viaja entre el material de archivo de mi familia y el del país para intentar abordar ese sentir, entendiendo a Colombia como una nación que tiene los mismos síntomas de pérdida de memoria que he visto avanzar vorazmente en mi familia, intentando comprenderla como una nación enferma y escarbando en esa memoria puedo encontrar qué la indujo a sufrir este trastorno. Tal vez esta película me deje con más preguntas que respuestas, pero en esas búsquedas quiero conectar con ese pasado que me cuentan, con ese presente que me han ocultado y con ese futuro que veo incierto».

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Conoce los demás proyectos beneficiados: